Ya he comentado varias veces que Estados Unidos es el país de "todo a lo grande" o de los "excesos". Y en cuanto a la religión, el sexo y la violencia, también.
Ahora que me pongo a escribir estas líneas me doy cuenta de lo conectadas que están esas tres palabras: religión-sexo-violencia. Es fascinante.
Para la religión, al menos las que yo conozco, el sexo, y todo lo relacionado con ello (virginidad, castidad, embarazo, anticonceptivos, aborto, etc.) es un tema crítico que desean controlar a toda costa.
En nombre de la religión y de Dios se ha practicado y se sigue practicando la violencia, incluso son numerosas las guerras que se han realizado en nombre de la religión y de Dios.
El sexo se puede transformar en un acto de dominación o incluso de violencia.
De todo ello hay mucho, de sobra, en los Estados Unidos
De la religión en Estados Unidos ya escribiré cuando vuelva a España, es un tema alucinante y ahora es mejor que no lo haga.
Del sexo en Estados Unidos, es conocida su industria pornográfica, su puritanismo, las infidelidades de muchos famosos que salen a la luz (Bill Clinton, Bill Clinton, si te metes en un lío, ya podrías haber elegido a una becaria más guapa).
De la violencia, algún comentario he hecho sobre las armas, los tiroteos que ocurren en Estados Unidos casi todas las semanas, y su cultura militar. Por cierto, son escandalosos los casos de abusos sexuales en los ejércitos de Estados Unidos.
Pero todo esto venía a cuento de una entrevista de Ethan Hawke que he leído: "El sexo asusta más que la violencia en EEUU". Él lo explica mucho mejor que yo: "La relación de nuestro país con el sexo y la violencia es un misterio fascinante para mí".
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