Cuantos más detalles conozco del caso Zimmerman, más alucino con el tema. Y el revuelo que se ha montado aquí en Estados Unidos es grande, en las noticias no paran de darle cobertura.
Imagina: un hombre (George Zimmerman), dentro de un coche, ve a un chico de 17 años andando por la calle de noche (tampoco tarde, a las 7). El hombre llama a la policía porque dice que ha habido a alguien sospechoso, la policía dice que en unos minutos llegará. El hombre dice que va a seguir al chico, la policía le dice que se quede donde está y que no lo siga. El hombre no hace caso, sale del coche, sigue al chico, se pelea con él y lo mata con la pistola que el hombre llevaba.
El hombre es detenido por la policía, interrogado, y puesto en libertad sin cargos contra él. Después de varias semanas y de presiones de la población, se presentan cargos. Se realiza un juicio y al final es declarado inocente.
¿Por qué? Porque el hombre dice que actúo en legítima defensa, sentía que su vida corría peligro.
Otro caso, similar, pero con un resultado muy distinto. Una mujer (Marissa Alexander) en su casa intenta huir de su marido. Su marido es violento y la mujer ha sufrido malos tratos. La mujer intenta huir por el garaje, pero no puede porque la puerta está atrancada. Como su marido la acosa, realiza un disparo a la pared para asustarlo. Nadie resulta herido, nadie muere, pero la mujer es juzgada y condenada a 20 años de prisión sin posibilidad de libertad condicional.
Los dos casos ocurrieron en el mismo estado, en Florida.
¿Tiene algún sentido?
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